miércoles, 29 de noviembre de 2017

Big Bang

Yo era escapista,
del amor.
Entonces llegaste tú.

A la mierda el conformismo moral,
los pensamientos de huir
y el mundo en general.

Es inútil pensar que eso me importa.
Ya sólo me importa volver a coincidir.
Es un golpe de suerte
y vaya,
quizás me golpeó demasiado,
hasta dar un vuelco a mi corazón.
Resulta que estaba del revés,
por eso no había sentido nada parecido,
en toda su vida.

Es noche y me gusta pensar que estás aquí.
Tranquila,
sé que no.
Quizás si estuvieras
tu cuerpo sería el lienzo.
O quizás solo una imaginación.

Hay demasiadas cosas
que demostrar.
Hay demasiada gente
que callar.
Hay demasiados besos
que se nos quedan en el paladar.

Y se acabó,
si con una explosión se originó el mundo,
con esta tú creas el nuestro.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Factor de riesgo

Para decir “Ni una menos” hay que dejar de llamarle “piropo” al acoso callejero.
Vaya, es tan sencillo a simple vista que debería de resultar hasta obvio. La realidad es totalmente diferente por desgracia. La realidad es más pesadilla que sueño en cuanto el hecho de ser mujer es el factor de riesgo. Ahora nos podríamos enfrentar a un debate sobre ideologías, pero os voy a decir que pensar que el hecho de ser hombre te convierte en un ser superior no es sano. No voy a decir que todo el mundo, pero al menos sí un porcentaje elevado de la sociedad, estaría de acuerdo en que la raza aria, que era considerada superior por Hitler y defendida su autoridad de manera muy drástica, no era superior, era una más en la faz de la tierra. Si hablamos de género no hay esa variedad de razas, las opciones se reducen a dos. Cuando pido igualdad de derechos, ¿por qué asumes que quiero ser tratada como un hombre? Vaya, lo has leído y lo has pensado, creo que por fin te estás dando cuenta de todo lo que te estoy contando. El hecho de pedir igualdad implica a una mujer ser tratada como un hombre para la mayoría de las conciencias, porque en verdad el miedo está en que los hombres sean tratados de la misma forma que a las mujeres. Lo cierto es que cuando os ponéis al otro lado del espejo se ve que somos más, se ve que ni mujeres ni hombres somos tan diferentes en nuestro físico, pero eso no importa. La diferencia más grande está en nuestras mentes y eso solo se puede curar con tolerancia, diálogo y respeto.
Ahora vamos a empezar a tutearnos, ya me has leído durante más de 200 palabras y nos lo merecemos. Hora de frenar, quizás yo he ido demasiado rápido y tú todavía no estás preparado para eso querido lector. Vaya, parece que me he dado cuenta, he visto esa cara de sorpresa y de que no sabes a donde quiero llegar. Esto es lo que sufre una mujer en un acoso a modo suave, se ve sorprendida, no sabe porqué está sucediendo eso y mucho menos salir, pero yo he frenado, yo me he dado cuenta de la situación incómoda y te he pedido disculpas. Si yo puedo sin haberte visto todos podemos ponernos en el lugar de la otra persona.
Antes las mujeres se decía que iban al baño acompañadas para que le sujetaran el bolso y bueno, yo sinceramente no me fío, pero lo dejo a libre reflexión. Las mujeres van acompañadas porque ir solas es riesgo suficiente en la vida que nosotras conocemos. Podemos aguantar las mejores películas de terror porque el verdadero miedo lo pasamos de camino a casa o a cualquier otro lado si vamos solas y el atardecer ya acabó. Como si de una película se tratara, la calle es un lugar al que temerle, pero a veces no puedes estar ni segura en tu propia casa. Vale sí, muchos de vosotros estaréis pensando, pues
eso es culpa de la mujer que no sabe huir del peligro. No, no es culpa de ella, ¿hasta cuándo vamos a seguir culpando a la víctima por no haberse defendido? Es culpa de todos, del que no le da la importancia al asunto que tiene, de los medios de comunicación que siguen manipulando información, de la sociedad que te enseña a no ser violada pero jamás a no violar. De esto último alguien me dirá que es algo tan obvio que no se debería de enseñar. Disculpa amablemente que te diga que no lo es, porque si fuera tan evidente dejaría de suceder a diario.
No veo necesario seguir contando la realidad cuando vosotros mismos podéis quitaros las gafas que crean los medios y empezar a tener esa nitidez del mundo.
Una mujer insegura puede pasar de ser un arma mortal a una esclava sumisa y humillada.

sábado, 18 de noviembre de 2017

Tramonto

Como una puesta de Sol que nunca se acaba,
tú eres capaz de llegar a mi vida.
Dicen que, en la ausencia de luz,
se ve todo más claro.
Y así, a oscuras, te encontré.

Estabas acompañada,
en la oscuridad,
mis miedos,
no te daban paz.

Era momento de elegir.
Un arma capaz de matarme
a sonrisas.
Un arma capaz de matarme
en pensamientos.

No sabía qué decir.
Entonces se puso el Sol.
Me besaste.
Estábamos solas.

Elección tomada,

elección de vida.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Te lo quiero decir

Te quiero decir todo
y tengo miedo de que no entiendas nada.
Te quiero decir 
que ni encuentro las palabras.

Te quiero decir que te tengo al lado aunque no te vea. Que has llegado a mi vida y me has enseñado a hacer el pino, para ver el mundo del revés y en todo el caos tener claro que tú eres mi pequeña gran revolución. Que todo lo cambias y lo vuelves bueno y así del revés, llegas y me besas, para devolverme al suelo contigo y yo empiezo a verlo claro, o a verte a ti.

Te quiero decir que si nada más leer esto estaba en tu cabeza no es casualidad, es destino. Que yo estaba cansada, que me hablaban de rosales pero solo veía las espinas que me clavaban y dolían. Entonces apareciste y me señalaste sin dudar ni un segundo y fue ahí justo donde vi la rosa. Al principio solo estaba en tu mirada, pero después vi que la estabas haciendo crecer en mí. Te vi y nos vi y te juro que no hay nada más bonito.

Y me da igual lo que diga Neruda, que sí que podría escribirte los versos más bonitos esta noche, pero no quiero. Las noches están para leerte en braille y medirte en besos para calcular nuestras distancias con la amplitud de tu sonrisa como si de una onda se tratara. Que podría hacer mil cosas esta noche, pero me voy a dedicar a [c]uidar esa curva de felicidad y a que creas en ti tanto como yo lo hago.

Te quiero decir
que ni siquiera sé qué decirte
pero te lo quiero decir 
todo.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Parte metereológico

Y dime, ¿tú sabes qué rumbo seguir?
Yo no.
En verdad
no sé ni si este es el lado correcto
o debería quedarme en la otra orilla.
Pero siento que es demasiado tarde,
que el mar se ha revuelto 
y las corrientes amenazan.
La previsión meteorológica
me dice que este no es mi momento
pero es el tiempo
con ciclón emocional
y huracán de sentimientos.

Que Noviembre llega
y todo lo congela.
Solo tú decides:
romper el hielo
o romperte.